Fuera caretas, y arriba las vidas normalmente imperfectas.

El otro día me levanté muy animada porque tenía un plan “glamouroso” con una amiga. Me había puesto monísima y había estrenado el “eyeliner” que me regaló mi hermana. Fui azotada a la cocina a preparar los desayunos de la tropa y el «brik» de leche se me resbaló de las manos, lo agarré al vuelo…

Niño, ¡te lo tragas en francés!

Seguro que os pasa lo mismo. Hay un día a la semana, en que la nevera está llena de sobras, y me niego a tirar la comida. Creo que todo se puede aprovechar. Me acuerdo cuando, de pequeña, mi madre nos ponía un puré de color indefinido y le preguntaba: -Mamá, ¿De qué es? Pero…