«El príncipe dio un beso de amor verdadero a la princesa y ella despertó de su sueño y vivieron felices…»
Mi morena pestañeabamientras cerrábamos el cuento de la Bella Durmiente y me preguntaba:
-¿Esto sólo pasa en los cuentos, mamá?
A veces nos pensamos que el amor es una película Disney y luego nos llevamos un chasco. Pero el amor no es un cuento. El amor está en el aire y ayer lo comprobé otra vez. Hay historias dignas de ser compradas por “Disney Company” con musicales y todo.
Mi madrina me invitó a comer el martes y en esta comida estaba también un chico mexicano al que no conocía de nada y que durante el almuerzo nos contó su historia de amor.
Érase una vez un joven llamado Luis, que conoció a una bella muchacha llamada Ana. Ana era corista de una famosa cantante latina. Los dos chicos se enamoraron y comenzaron a salir juntos.
Al cabo de un tiempo, Luis tuvo que viajar a Brasil por sus estudios y se quedó a vivir allí. Cuando llevaba un tiempo en São Paulo, pensó que su relación en la distancia sería imposible y decidió cortar con ella. Allí conoció a otra muchacha que podía ver y acariciar sin impedimentos de la distancia, alguien más real, más presente, con la que podía charlar y que sus ojos le cercioraban que su amor estaba ahí, en carne y hueso.
Sin embargo, su corista aparecía en sus pensamientos de vez en cuando, como para avisarle de que el amor no es algo palpable, haciéndole sentir que miles de kilómetros no son distancia suficiente para tener a alguien muy presente y sentirle muy cerca.
Daba igual, ya habían pasado unos años y habían perdido todo el contacto, quizás ella también tuviera otro novio. Así que la echaba de su mente para seguir con su vida.
Pasaron más años y Luís dejó Brasil y a su actual novia para ir a vivir a otro destino, pero no dejó de pensar en Ana y a veces, cuando cerraba los ojos, la oía cantar en su oído.
Ya habían transcurrido siete años, seguramente ella estaría casada o incluso tendría hijos. Posiblemente habría cambiado de número de teléfono. Lo único que sabía de ella era que vivía lejos de su ciudad natal y casi nunca la visitaba. Así que la empujó otra vez fuera de su mente.
Luis decidió ir a México para visitar a su familia. Estando allí, fue con ellos a hacer unas compras a un gran centro comercial, mientras miraban un escaparate, él levantó los ojos y la vio. Ella estaba también de compras con su familia y también le miró.
De repente toda la gente de su alrededor se quedó petrificada, el tiempo se paró, para congelar ese instante y hacerlo eterno. Tan intenso fue el momento que a Luis le dio tiempo a amarla para siempre y a pensar que ella le odiaría.
Lo único que no se había parado allí era su corazón, que le avisaba a golpes de que la había encontrado. Fue entonces cuando Luis presenció el concierto más bonito de su vida acompasado por su pulso mientras la dulce voz de Ana le decía: – ¿Qué tal estás, Luis?
Se fueron a cenar, y Luis tuvo el valor de confesarle que se había dado cuenta de que la amaba de verdad. A lo que Ana contestó que ella supo desde el primer momento que nunca le podría olvidar.
Después de que Luis terminase de contar la historia con su acento latino, me pareció el doblaje del final de una peli romanticona y se me respigaron los pelos.
La bella Durmiente no tenía nada que envidiar a este “film” aunque en este caso Luis es el que estaba dormido a pesar de no haberse pinchado con ninguna rueca.
Efectivamente, el amor existe. Pero en otro escenario. Quizás no haya un bosque encantado, ni un zapatito de cristal. Pero en un centro comercial con unas “converse” existe la magia.
Esta es la decoración de nuestra peli, de nuestra historia del día a día.
Luis no tenía alfombra mágica pero te juro que volaron. El amor es así, es la fuerza más grande que existe en el universo, por eso estoy convencida de que las películas Disney tienen alguna similitud.
Quizás la torre que nos tiene prisioneros de nuestro amor, es la distancia o el cansancio y tenemos que trepar por la melena de las dificultades para llegar a él.
A veces somos Pocahontas y Jonh Smith, muy diferentes, con dos idiomas distintos pero con la misma capacidad para amar.
En ocasiones uno vive en el agua y otro en la tierra, pero el amor te deja sin respiración para bucear hasta el fondo del mar.
Que se puede construir un reino en el piso número 10, convertir tú “Citroën” en una calabaza con ruedas y que cada cena sea un festín de postín.
Que a veces hay maleficios o manzanas envenenadas que quieren acabar con todo pero puede haber algo que nos ayude a romper el conjuro.
Hay historias que acaban mal porque los malhechores Disney existen, pero hay otras que terminan bien porque el amor también vive.
Me encanta Isa!! Soy fan de Disney y sus cuentos de hadas. Siempre he creído que existen, pero hacemos nuestra propia versión de ellos, y tú me lo has re-confirmado! 😉 Por nuestros cuentos a lo disneyland!!! 😉
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A mi tb me chiflan!
Me alegro que te gustara la historia, es muy bonita.
Un besote y a seguir con nuestra historia.
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Yo hace tiempo que dejé de creer en el amor verdadero pero no así en las historias de amor verdadero. Me gusta ver películas de amor y escuchar historias como la que nos cuentas ¡¡siempre es bonito imaginar!!
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Es una historia preciosa y real.
Me alegro q disfrutaras con ella.
Gracias, Mariola!!
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Muy bueno!! si recuperáramos la fe en el amor y la importancia de poner toda la carne en el asador para encontrarlo, cuidarlo, cultivarlo y hacerlo crecer, otro gallo cantaría. ¡Viva el amor! besos
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Viva el amor!!!
Amar es el motor 😉
Besos!!!!!
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Efectivamente, existe!!!
Y asi hay que contarlo de generacion en generacion
En mi familia ha venido una princesa de lejano Reino Unido, rubia, discreta, maravillosa para mi hijo Jorge
Mati espera a su principe con ilusion y dinamismo de mujer del siglo XXI
Mi peque guille se imagina soldado que lucha contra muchos dragones!!!
Pues. Claro!
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Suerte con la nuera! Q siga siendo tan discreta 😅
Y si, el amor sigue existiendo y existirá siempre. De generación en generación.
Gracias Arantxa!!!
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Me encanta! Te superas en cada post!!
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Gracias Bárbara!!!
Un beso grande!
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Me ha encantado! 👏👏
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Gracias María!!
Besos!
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